La zarzuela Agua, azucarillos y aguardiente muestra un escaparate de frescura y alegría con el Madrid castizo y entrañable como escenario. El compositor Federico Chueca estrenó esta obra en 1897, con texto original de Miguel Ramos Carrión. Todo tipo de personajes típicos del Madrid de hace un siglo (vendedoras, niñeras, chulapones, etc.) se pasean a lo largo de la obra, como una especie de escaparate costumbrista y castizo de la capital de España.
Una pieza que retrata el Madrid más castizo y lleva por título el grito de los vendedores callejeros de la época. La música es de Federico Chueca e incluye números tan conocidos como «Andando vamos pronto a la verbena» o «Los barquilleros». Esta zarzuela incluye un desternillante libreto de Miguel Ramos Carrión ambientado en su mayoría en el muy castizo paseo de Recoletos. Por otro lado están Pepa, la dueña de un kiosco, Lorenzo, un picador avispado, Manuela, una aguadora ambulante y Vicente, el novio de esta última. Entre ellos hay un divertido lío amoroso que se mezclará con los oscuros métodos de Serafín por conquistar a Asia.
Está plagado de continuos gags en torno a personajes de clase alta y baja. ¡No pararás de reír con este retrato del Madrid más sainetesco!
“Agua, azucarillos y aguardiente” es uno de los mejores ejemplos del género chico tan tradicional de Madrid con toda la gracia y el casticismo de finales del siglo XIX.
Podrás disfrutar de Agua, azucarillos y aguardiente del 25 al 28 de Mayo en el Teatro Amaya de Madrid. Tiene una duración 90 minutos sin descanso y con un total de 6 funciones.