En un pequeño teatro de feria, el esposo de Pili se ve en la tarea de interpretar todos los roles de una obra. Casi sin pretenderlo, da vida a su propio universo íntimo y artesanal. Ha creado con sus propias manos, empleando autómatas, títeres y mucho humor. «Libélul•la» es un tributo al escultor estadounidense Alexander Calder, cuya influencia inadvertidamente ha inspirado parte de este espectáculo.
«Libélul•la» representa una emoción, un sonido y una perspectiva sobre la vida. Es una palabra inventada que se asemeja a otra palabra, la cual, al final de cuentas, también es una invención (como todas las palabras lo son). Sin embargo, «Libélul•la» provoca que el lenguaje dude sobre el momento adecuado para emplear la letra «ele». Genera una sensación auditiva placentera que perdura en el paladar con la impresión de haber experimentado algo especial. En ocasiones, de manera inesperada, surge una pequeña risa desde la comisura de los labios, y es en ese instante preciso que «Libélul•la» adquiere todo su significado. – Toti Toronell.
Toti Toronell, el artífice detrás de «Libélul•la», es un artista autodidacta. Desde su creación en 1995 hasta 2006, dirigió y actuó en la compañía COP DE CLOWN, donde aprendió a creer que todo era posible. En 2006, fundó Laitrum TEATRO con el objetivo de explorar y profundizar en nuevas formas de enseñar el teatro. Al mismo tiempo, comenzó su camino con la Compañía Toti Toronell. Ha construido personalmente el pequeño teatro de feria en el que se desarrolla «Libélul•la», un espacio en el que la artesanía adquiere un valor inmenso. Este teatrillo, con capacidad para alrededor de 50 personas, se convierte en el hogar del artista, invitando al espectador a ingresar y compartir su mundo íntimo.